Expertos de la NOAA imparten técnicas para salvar ballenas
El tejido que le quedaba de la cola le colgaba mientras la ballena
jorobada se zambullía envuelta en una red de pesca. El animal había
sobrevivido al menos un año enredado en un cable de pesca que poco a
poco le fue carcomiendo la cola.
“Esta especie tenía ya tanto tiempo con el cable de pesca que la cola
ya era un tejido podrido. Ahí no tiene sentido rescatarla ya que igual
morirá”, dice Ben Haase, director del museo de las ballenas, sobre el
documental presentado en el ‘Taller de entrenamiento sobre respuesta a
eventos de enredamiento de cetáceos’, realizado desde el 27 de junio en
Salinas (Santa Elena).
El caso del video es uno de los 1.200 atendidos con una técnica usada
en Estados Unidos y Canadá por un comité interinstitucional que se
activa cada vez que se detecta una ballena envuelta por redes.
Los científicos estadounidenses David Mattila y Edward Lyman, ambos
de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus
siglas en inglés), de EE.UU., mostraron en el taller la técnica más
adecuada para rescatar a los cetáceos enmallados sin poner en peligro la
vida de los que participan en la tarea.
“No es cuestión de acercarse y cortar la red. Cada caso debe ser
analizado, ver el efecto que tiene la red en la especie, las
posibilidades de supervivencia de la ballena, ya que hay un riesgo de
que los rescatistas queden lastimados o hasta muertos”, afirma Haase.
Entre los riesgos está que el rescatista reciba un coletazo.
En Ecuador se concentraron expertos de Panamá, Costa Rica, Colombia, Perú y Chile para conocer estas técnicas.
Solo en el país se registran unos quince casos de ballenas que se
quedan varadas cada año en las playas, según la Fundación Ballenas del
Pacífico. De ese total, una gran parte responde a especies que
previamente quedaron atrapadas en redes de pesca y que se varan ya casi
muertas. Pero se puede intervenir cuando la ballena aún está en altamar.
Fernando Félix, coordinador de proyectos del Comité Permanente del
Pacífico Sur (CPPS), estima que en el país se dan entre 30 y 50 casos de
ballenas que se quedan atrapadas en redes de pesca cada año.
La idea del taller, organizado por CPPS junto con la Comisión
Ballenera Internacional y el Ministerio del Ambiente, es replicar en el
país la técnica desarrollada en EE.UU. y Canadá. “Son animales que
pueden llegar a pesar hasta 40 toneladas, por lo que es un asunto serio.
Aquí hay varios casos de personas que han rescatado ballenas, pero lo
han hecho como no se debe hacer, de forma improvisada”, agrega Félix.
La tarea ha incluido sumergirse junto al animal para cortar la red
con cuchillos de forma manual, lo que pone en riesgo la vida de los
rescatistas que por lo general son miembros de organizaciones ecológicas
o pescadores. En el caso de las ballenas jorobadas, es posible
intervenir cuando la especie aún no se ha varado en la playa. “El mismo
peso de la ballena termina por asfixiarla cuando ya está en la tierra,
ya que los pulmones colapsan”, agrega Félix.
Diana Cárdenas, miembro de la Fundación Ballenas del Pacífico, afirma
que el taller es un primer paso para la creación de un plan nacional y
enfrentar así los casos que se presenten. En la zona del Parque Nacional
Machalilla ya se imparte información entre los operadores turísticos y
pescadores para que reporten los casos de ballenas enredadas que ellos
detecten.
13 varamientos
De cetáceos se dieron en las playas del país durante el 2012, según la Fundación Ballenas del Pacífico.
Técnicas: Rescate de ballenas
Mecanismo
Consiste en enganchar la ballena a unas boyas para detenerla. Luego se
va cortando la red o los cables de pesca con un cuchillo en forma de V
que se coloca en la punta de una vara de cuatro metros de largo que se
maneja desde el bote.
Varamiento masivo
El último se registró en Chanduy (Santa Elena) cuando en 1992 se vararon 56 ballenas de la especie conocida como falsa orca.