El Barcelona empieza su defensa de la Liga humillando al Levante con un 7-0 casi sin oposición
El Tata Martino ya advirtió en la víspera que sus hombres querían enviar hoy un mensaje inequívoco al resto de equipos de la Liga: que siguen siendo el rival a batir y que no ha perdido ni un ápice el hambre de títulos.
Al Levante le quedó claro en veinte minutos, el tiempo que tardó el Barça en finiquitar el partido.Hasta media docena le cayó a la escuadra granota en la primera mitad.
El Barcelona marcó media docena de goles en la primera parte
De Pedro para Alexis, de Cesc para Alves, de Pedro para Messi, de Messi para Pedro, de Alves para Xavi. Todos a velocidad de vértigo, todos a uno o dos toques, todos hilvanados a costa de la movilidad hiperactiva no solo de los puntas azulgranas sino también de sus compañeros llegados desde la segunda línea.
Sin Neymar, Iniesta y Jordi Alba, que no salieron en el once titular, el Barça y su fútbol coral destrozaron a un Levante indolente que no supo contrarrestar su evidente inferioridad técnica con agresividad y algo más de presencia física.
Al contrario, fueron los jugadores azulgranas, mucha más intensos, más metidos, quienes salían indemnes de cada choque, metían la pierna cada vez que era necesario y se anticipaban a cada balón dividido.
Para colmo de despropósitos visitantes, Pedro López hizo un penalti tan estúpido como innecesario a Adriano, cuando este controlaba el balón en el vértice del área y de espaldas a la portería, para que Messi hiciera doblete.
Obsesionados con recuperar la presión que les convirtió en un equipo prácticamente imbatible, los hombres de Tata Martino salieron a ahogar al Levante desde el primer minuto.
Ante el terrible acoso azulgrana, veteranos como Juanfran o David Navarro, curtidos ya en mil batallas, resoplaban exigidos en cada jugada, desbordados en cada llegada de los locales, multiplicados para achicar multitud de balones desde su propia área.
Barral no la olió en su debut con el conjunto valenciano, hasta pasada una hora larga de partido y, si no llega a se por Navas, que voló a una vaselina de Messi y a una falta a la escuadra de Xavi, los de Joaquín Caparrós se hubiesen ido con ocho goles al descanso.
En los primeros 45 minutos, el Levante no se acercó a la portería del Barça
El Levante formó un piña en el campo antes de que arrancara la segunda mitad. Una conjura que no tenía otro propósito que no repetir el desastre de los primeros cuarenta y cinco minutos, donde ni siquiera se acercó a la meta defendida por Valdés.
Al Levante le quedó claro en veinte minutos, el tiempo que tardó el Barça en finiquitar el partido.Hasta media docena le cayó a la escuadra granota en la primera mitad.
El Barcelona marcó media docena de goles en la primera parte
De Pedro para Alexis, de Cesc para Alves, de Pedro para Messi, de Messi para Pedro, de Alves para Xavi. Todos a velocidad de vértigo, todos a uno o dos toques, todos hilvanados a costa de la movilidad hiperactiva no solo de los puntas azulgranas sino también de sus compañeros llegados desde la segunda línea.
Sin Neymar, Iniesta y Jordi Alba, que no salieron en el once titular, el Barça y su fútbol coral destrozaron a un Levante indolente que no supo contrarrestar su evidente inferioridad técnica con agresividad y algo más de presencia física.
Al contrario, fueron los jugadores azulgranas, mucha más intensos, más metidos, quienes salían indemnes de cada choque, metían la pierna cada vez que era necesario y se anticipaban a cada balón dividido.
Para colmo de despropósitos visitantes, Pedro López hizo un penalti tan estúpido como innecesario a Adriano, cuando este controlaba el balón en el vértice del área y de espaldas a la portería, para que Messi hiciera doblete.
Obsesionados con recuperar la presión que les convirtió en un equipo prácticamente imbatible, los hombres de Tata Martino salieron a ahogar al Levante desde el primer minuto.
Ante el terrible acoso azulgrana, veteranos como Juanfran o David Navarro, curtidos ya en mil batallas, resoplaban exigidos en cada jugada, desbordados en cada llegada de los locales, multiplicados para achicar multitud de balones desde su propia área.
Barral no la olió en su debut con el conjunto valenciano, hasta pasada una hora larga de partido y, si no llega a se por Navas, que voló a una vaselina de Messi y a una falta a la escuadra de Xavi, los de Joaquín Caparrós se hubiesen ido con ocho goles al descanso.
En los primeros 45 minutos, el Levante no se acercó a la portería del Barça
El Levante formó un piña en el campo antes de que arrancara la segunda mitad. Una conjura que no tenía otro propósito que no repetir el desastre de los primeros cuarenta y cinco minutos, donde ni siquiera se acercó a la meta defendida por Valdés.
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